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Remodelación del Tino

Hecho por: Angela Arredondo y Mariela Cavazos

Todo empezó un día del año 1957, cuando un dueño que no da a conocer su nombre (solo cuentan que era un joven padre de familia y “luchón”), inauguró “El Tino restaurant y Molienda.” Lo hace en el mismo lugar donde ahora se sitúa. Con el trabajo y apoyo de su esposa, sus hijos y colaboradores se cocinaba toda una gama de guisados típicos de la región, con la sazón de la casa, el olor de las especies y el hervir de las cazuelas. Incluyó también los guisados como el menudo, la machaca y el chorizo de casa, el bistec ranchero, la barbacoa, el caldo de res , y las tortillas recién hechas; en la molienda , los piloncillos, las conservas, los dulces con miel de caña y los tamales eran toda una experiencia para los clientes que cada día los visitaban. Todo cambió hace unos años, cuando el dueño toma la decisión de cambiar y remodelar su restaurante, pues vio que con el tiempo, más gente era atraída al restaurante e iba a degustar su rico sazón. 

Así que decidió hacerlo más grande y cómodo para las personas que los iban a visitar. Nuevamente, con la ayuda de su familia, se logró cambiar la forma de su restaurante y también meter a más personal para una mejor organización con el fin de mantener vivo su lugar. Meseros, cocineros, y personas designadas para encargarse del lugar mientras él no esté. Otro cambio que hubo en el restaurante fue el nombre con el que se identificaba; antes era el Tino Restaurant y Molienda, y ahora se ha cambiado por el nombre Merendero Tino. Otro avance que tuvo fue su expansión en Monterrey, ya que ahora cuenta con 4 sucursales y comenzaron con una sola, ubicada en Santiago N.L. El restaurante el Tino cuenta con la accesibilidad de poder brindarles a sus clientes servicios para eventos o juntas importantes. Ofrecer este tipo de servicios también ha influido en el aumento de clientela. Algunos platillos que tiene el restaurante son: enchiladas, tamales, tacos, huevos preparados al gusto, pollo, caldos, chiles y cabrito. Con el paso del tiempo estos platillos se fueron expandiendo, utilizando los mismos pero con más variedad de sabores y formas de hacer. Unos ejemplos de esto son huevos revueltos, con chorizo, estrellados, “Omelette”, rancheros, al albañil, divorciados y con jamón. También se hicieron platillos para los niños, como “Nuggets”, tiras de pollo, tacos y tostadas. Entre los postres están las gorditas de harina, flan, empanadas, nieve, pan de elote, arroz con leche y una variedad de pasteles.

Fotografía tomada por: Angela Arredondo

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